La cartografía francesa alcanza un punto culminante durante el siglo XVIII, tanto por su precisión científica como por su belleza. En esta gran tradición destacan
cartógrafos como Gilles Robert de Vaugondy y su hijo Didier, Rigobert Bonne, Louis Charles Desnos, y el también editor Charles François Delamarche (1740-1817) a quien suceden al frente de la Maison Delamarche su hijo Félix y su nieto Alexandre.
En el siglo XVIII, un globo terrestre o celeste consiste en dos semi-esferas de papelón unidas por la línea del Ecuador, sobre un eje interno metálico. La esfera resultante está enteramente recubierta de estuco sobre el cual van adheridos doce husos de papel más dos casquetes polares grabados al aguafuerte. La superficie está protegida con un barniz, probablemente una goma-laca. La esfera está rodeada por el anillo Meridiano y el anillo del Horizonte.
En el globo objeto de nuestra intervención, “adoptado por la Universidad / construído por Delamarche / París / calle Serpente nº 25”, “Las Posiciones de las Estrellas se
han / calculado para el 1º de enero 1950”. Esta coordenada celeste se indicaba para permitir el ajuste de las variaciones astronómicas a partir de una referencia fija.
Una inadecuada y reiterada manipulación, añadida a la deformación natural de los materiales higroscópicos, causó un desplazamiento de la esfera sobre el anillo del Horizonte, provocando una abrasión constante de la línea del Ecuador con, finalmente, pérdidas de barniz, papel, y estuco. Además, la oxidación del barniz había provocado un oscurecimiento de la superficie. Por si esto no fuera suficiente, una intervención anterior consistió en encolar las grietas en el papelón con adhesivo vinílico difícilmente reversible, y esto sin corregir los desniveles, añadiendo una capa de estuco indiscriminadamente sobre toda la línea del Ecuador, incluso cubriendo el papel impreso.
Por lo tanto, el tratamiento de la esfera consistió, en primer lugar, en levantar esta capa de estuco y a continuación ablandar y eliminar el adhesivo vinílico. Una vez dejado al descubierto el desgarro del papelón se protegieron temporalmente los bordes de papel y se procedió a un nuevo encolado inocuo y reversible así como a un nuevo estucado dentro los límites de las pérdidas. Las faltas de papel se injertaron con papel japonés. Se eliminó la goma-laca oxidada y se sustituyó por un barniz protector reversible. Por otro lado, se restauraron los anillos Meridiano y del Horizonte enderezando el cartón, limpiando el barniz e injertando las pérdidas. Tras el proceso de restauración, la esfera en rotación no roza contra los anillos; no obstante, se protegió la línea del Ecuador con una banda de espuma.